viernes, 30 de enero de 2015

Día de reyes

Preparar postres, dulces y pasteles es mi parte favorita de la cocina. Todo empieza con un buen antojo y en el proceso hay emoción y ansias por probar el resultado final. En general todo sale bien y cuando llega a salir regular en realidad no hay sacrificio en comernos el experimento dulce fallido. Con el pretexto de que estamos lejos de México me he atrevido a hornear pan. La panadería me parece un poco difícil, hay que amasar mucho y esperar horas a que la levadura haga su trabajo. Lo bueno es que el esfuerzo invertido vale mucho la pena y la paciencia es recompensada. 

A principio de año, con motivo del día de reyes, me animé a hornear una rosca de reyes. Ya una vez, en 2012, habíamos hecho una para los amigos en Saarbrucken. Mi memoria no me dejó recordar cómo preparamos esa, así que me puse a leer varias recetas y al final elegí esta: Rosca de Reyes. Encontré casi todos los ingredientes fácilmente en el súper, excepto el ate y lógicamente los muñequitos de la rosca, pero me las ingenié para hacer unos muñequitos "artesanales" y en lugar de ate le puse más acitrón y asunto arreglado. 
Primeros pasos de la elaboración

Los muñequitos son de papel encerado, se colocan en la masa extendida, se enrollan y se hace la rosca.
La última foto es justo antes de meter al horno

Esta rosca la hice pensando en partirla con nuestros amigos chihuahuenses, pero resultó que justo el 6 de enero nació su hermosa bebita. Esa tarde fuimos a conocer a la nueva habitante del mundo, a quien pudimos darle un besito y cargar un rato. Ya en la noche regresamos a casa y partimos la rosca con un buen vaso de leche y una gran sonrisa. Estoy segura de que esta rosca nunca se nos va a olvidar.

¡Deliciosa la rosca!

Tschüss!

jueves, 15 de enero de 2015

Un día de sol en invierno


"Conozco este camino de memoria
pero igual me sorprendo."
Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia

Azul. Torre de la iglesia de Santa Elisabeth
Tesón. Jardines del príncipe Georg (Prinz-Georg-Garten).
Entre ramas y nubes. Herrngarten.
Atrapado y hermoso. Jardines del príncipe Georg (Prinz-Georg-Garten).

Cielo de algodones. La torre del museo de la ciudad.

Bailarina en el teatro. Parque de la biblioteca de la ciudad.

 Tschüss!

sábado, 3 de enero de 2015

Segundo día de Navidad en Schelklingen

Pocas veces había visto nevar y nunca en esas cantidades y menos por dos días seguidos. Al irnos acercando en el tren a Ulm, fuimos viendo cómo el paisaje se tornaba cada vez más blanco. Al llegar a Schelklingen, aquello ya era una hermosa postal de invierno. 

Schelklingen es un pequeño pueblo a unos 20 km de la ciudad de Ulm y según Wikipedia tiene un poco menos de siete mil habitantes. Está situado sobre un prehistórico valle del Danubio, no muy lejos de los alpes Suizos. Es un lugar muy pintoresco, lleno de gente amable que practica con ahínco y gusto sus tradiciones. Las casas están llenas de detalles en madera, las ventanas tienen repisas por dentro donde colocan hermosos adornos, en este caso, navideños. Las casas son muy calientitas y acogedoras, como casas de hobbits pero en grande. Mi impresión es que las familias son muy tradicionales, las mamás hornean deliciosas galletas y panes y los papás cortan leña y hacen arreglos de carpintería en la casa. 


En Alemania se festeja Navidad por dos días; tanto el 25 como el 26 de diciembre son de asueto nacional. La noche buena es el 24, y el gusto de que nació Jesús les dura dos días. Al menos en Schelklingen parece que el 25 comparten con la familia. El 26 salen de casa y hacen una tradición muy bonita (y divertida) llamada "Christbaum loben", que significa "Adoración al árbol de Navidad". La idea es que se reúne un conjunto de personas y van visitando casas (que les llaman estaciones) para cantarle villancicos a los árboles de Navidad. En agradecimiento, lo anfitriones reciben al grupo de cantantes con Schnaps, que son destilados de frutas o nueces, en su mayoría artesanales de la región. Los dichosos Schnaps son deliciosos, saben muchísimo a la fruta o a la nuez de la que están hechos y son muy fuertes, tienen entre 35 y 50% de alcohol, así que después de cada estación se está cada vez más y más alegre. Además de los Schnaps las familias ofrecen también algún bocadillo, a veces sólo son galletas, otras veces, panecillos con carnes frías y quesos y en ocasiones se lucen y te dan toda una cena. A parte del gusto de ir cantando y caminando con los amigos, es muy bonita la oportunidad de conocer las casas por dentro y ver cómo viven estas fechas. Algo que me llamó la atención es que los árboles se adornan de forma mucho más sencilla, algunas luces discretas, unas cuantas esferas o adornos y se acabó; a mi me parece que así se ven muy elegantes.


Esta es la segunda vez que estamos en Schleklingen y las dos veces nos la hemos pasado de maravilla. Muy buena comida, juegos con los amigos, caminata en la nieve, buena cerveza y Schnaps y sobretodo el enorme gusto de compartir el cariño con los amigos. Sospecho (espero) que esta no será la última vez que visite este hermoso lugar. Aquí dejo un enlace con algunas fotos que tomé del pueblito. 

Tschüss!

jueves, 1 de enero de 2015

Conciencia


Antes de abrir los ojos ya escuchaba las campanas repicando a lo lejos durante las primeras horas de sol del año. Sentí el cuerpo relajado después de una buena noche de sueño y el alma feliz tras un día lleno de actividades aderezadas con sonrisas y besos. 
Es el primer año que recibimos en nuestro hogar y el cuarto que recibimos juntos. Somos sumamente afortunados. Agradezco con el corazón cada momento que me regala la vida. 

El 2014 fue grandioso; el 2015 será mucho mejor. 
¡Bienvenido!